miércoles, 9 de septiembre de 2015

¿A alguien le interesa todavía lo que pasa en Grecia?

Ha pasado tiempo desde la última entrada. Lógico. Grecia  ya no es noticia en los periódicos y no es por nada. El peligro del Grexit se ha alejado bastante, la situación parece estable y además llegó primero la crisis financiera de Asia y después la crisis humanitaria de los refugiados de Siria y otros países, principalmente asiáticos. Bueno, esta última no llegó en realidad, llevaba ya un mes aquí, pero ahora se hizo pública, como resultado de la política de la Unión Europea y de Alemania, que ha aceptado a muchos de ellos y ha cambiado su imagen de "no me importa lo que pasa con los vagos griegos" por la imagen de santo de "mirad cómo ayudo a los pobres refugiados que llegan del oriente". Y claro, los griegos no podemos competir con los refugiados porque, independientemente de cómo se ha usado y se usará su imagen, está claro que no solamente están la mayoría de ellos en peor situación que nosotros, los griegos, es que están en la peor situación que se pueda encontrar uno en general.
Pero, ¿eso significa que aquí vivimos momentos de gloria? Por supuesto que no. La situación económica aquí sigue igual y además, tenemos el problema de no saber por qué partido tenemos que votar en las elecciones que recientemente se han convocado. Porque sí, se han convocado elecciones en medio de esta depresión en masa que he descrito antes. Y aunque poco importa mi opinión, deberían convocarse, ya que el partido que había ganado las elecciones anteriores no cumplió con su programa electoral y perdió la mayoría en el Parlamento. Pero el problema es que ahora ya no hay alternativa. No hay ningún partido de derecha que esté en contra de la política de la extrema austeridad, hay un pequeño partido de izquierda que está en contra, pero en un clima de terrorismo económico, pues, todavía hay control de capitales y peligro de quiebra bancaria. Claro, también está el Partido Comunista, pero no parece querer gobernar (no ha hecho ningún intento de acercarse al pueblo) y está también el Amanecer Dorado, pero para los que lo puedan ver como alternativa... hay que decir que también ha dado un giro y ya no menciona tanto el tema de la austeridad sino que ha elegido volver a hablar de los inmigrantes. Le ayudan lo que está pasando en las fronteras con los refugiados, que han inundado el país y que los llama inmigración ilegal y no refugiados.
Entonces, ¿qué sentido tienen las elecciones? Prácticamente ninguno. Yo preferiría que no se votara por los partidos de siempre y que no hubiera una gran coalición de izquierda y derecha. Pero no voy a votar por ningún partido, como hago casi siempre en las elecciones. Y no puedo esperar nada más que tristeza y problemas económicos en el futuro. Eso, incluso si por alguna razón mi familia y yo estamos mejor económicamente (estuve unos días en un pueblo en agosto y me di cuenta de que no todos sufren igual), porque la desesperación se respira en el aire y eso no cambia si uno está mejor económicamente.  Pero bueno, de todas formas, habrá que ver qué pasa en las elecciones.
Ya hablaré después.

jueves, 23 de julio de 2015

¡Pero mira qué cantidad de gente en los bares!

Han pasado unos días, ahora que no hay una avalancha de acontecimientos, no escribiré cada dos días, así que si alguien me sigue, lo tendrá más fácil.
La situación está cambiando. Tsipras se ha convertido en un seguidor de la Troika, echa a los ministros que votaron NO al rescate y amenaza con elecciones a los diputados que no votarán a favor de la legalización de los desahucios. También la vida en la calle está cambiando. Los bancos han abierto y se pueden realizar algunas transacciones. Hay menos gente en los cajeros automáticos, aunque todavía no han desaparecido las colas. Y la gente habla menos de la crisis, del gobierno, de la Unión Europea.
Yo también he tenido que ir al banco hoy, tengo un préstamo y había que pagar la mensualidad. Como no me encontraba muy bien (se me ha pegado uno de estos molestos virus del verano y tengo dolor de garganta y quizá algo de fiebre), he decidido ir en coche. Para pasar el rato, he puesto la radio, una cadena de deportes que hace tiempo que no oía. La verdad es que me he impresionado. Metido en mi mundo y en mi depresión, creía que nadie tenía ganas de hacer nada y de golpe me he dado cuenta de que la vida sigue su rumbo, a pesar de los problemas, a pesar de los acontecimientos. Los aficionados (o debería decir, los demás aficionados) se preocupan por su equipo, los fichajes, los partidos futuros...
He pasado por una zona de cafés y bares y aunque no había gente (era muy temprano), me he acordado de que la gente sigue saliendo, encontrándose con amigos, pasándolo bien. Enfrente de mi casa hay una cafetería que los primeros días del corralito tuvo pocos clientes pero ya ha recuperado casi toda su clientela. Entonces he pensado en algo que he oído y he leído muchas veces: Los bares están llenos, ¿cómo que hay crisis? A veces también se dice de los centros comerciales, "vaya crisis, si el centro comercial está a reventar...". En un periódico digital español leí en algún momento un artículo sobre un bar de música latinoamericana en Atenas que tenía mucho éxito a pesar de la crisis y los comentarios eran los de siempre. "se la pasan de puta madre con nuestro dinero", "piden dinero a Alemania para gastárselo en los bares", etc. ¿Qué pasa?
Pues, no pasa nada raro. En Grecia hay una fuerte crisis económica. No hay ninguna guerra, no hay ninguna catástrofe natural que haya arrollado todo el país. En las crisis hay gente que se lo pasa mal, realmente mal. Hay gente que se ve obligada a marcharse del país, como en España, que un montón de españoles se largaron para Inglaterra, para Alemania, para no sé dónde. Esta gente no está en los bares, evidentemente, no está ni siquiera en el país para que uno se dé cuenta de las consecuencias de la crisis. Sus padres están en el país pero aparte de que tratan de pensar en que esta fue la mejor solución para sus hijos, a los cuales quieren con locura, no van a andar divulgando por el mundo su tristeza o su nostalgia. Hay gente que tiene que pedir comida a las iglesias o a organizaciones humanitarias. Ellos tampoco irán a las cafeterías. En realidad, no irán a ningún lado, los verás solamente en los parques con sus hijos, tratando de pasarlo bien para que los niños no se den cuenta de nada. Hay gente que tiene que vivir con sus padres o que tiene que vivir de la pensión de sus padres a los 40 años de edad con familia incluida. Alguna vez, robarán algo más del dinero de la pensión para salir a tomar un café con amigos. Los verás en los bares, no mucho, pero allí estarán. También estarán para hablar con alguien que les pueda encontrar un trabajo, porque Grecia tiene esta cultura, igual que España, se vive mucho en el bar y a veces tienes que ir a un bar para hablar de un posible trabajo o para hablar con un posible cliente.
Pero claro, como he dicho, es una crisis, no es una guerra. Entonces hay gente que todavía tiene dinero para salir, algunos más, otros menos. Fijaos que hasta hay gente que, como un diputado cristianodemócrata, para enseñarnos lo que significaría la bancarrota nos dijo que el control de capitales significa que no podía bajar una aplicación a su iphone con una tarjeta de crédito griega. O que, como el ex-primer ministro griego socialdemócrata, nos dice que no podemos comprar en Amazon. Así es cómo entienden ellos la bancarrota, o incluso la crisis. Así que desde luego hay bares llenos. Como también hay centros comerciales llenos. Porque todavía hay gente que tiene dinero. Estamos viviendo una crisis pero no somos Burkina Faso, como ha dicho Petros Márkaris en una entrevista a El Mundo. Claro, el añadió que todo eso de la crisis humanitaria es una propaganda de SYRIZA y que no somos Burkina Faso era su argumento para demostrarlo. Con su permiso, o sin él mejor, tener cierto talento para escribir novelas policíacas no significa necesariamente que seas inteligente. Y no ser Burkina Faso no significa que no estés sufriendo una crisis humanitaria. No somos los que peor se lo pasan en el mundo. Sin ir muy lejos, sin llegar hasta Burkina Faso (que es un pequeño país del occidente africano; gracias Sr. Márkaris por haberme hecho buscarlo en el mapa), los sirios están sufriendo en este mismo momento que estoy escribiendo estas líneas, una crisis humanitaria tremenda que no se puede comparar con la nuestra. Pero decir que nosotros no estamos en crisis porque no sufrimos igual que los sirios, es taparse los ojos y negarse a ver la realidad. ¿Qué realidad?
Que los centros comerciales que están llenos son los que están en las zonas más ricas y que lógicamente no perderán sus clientes fácilmente. Pero los centros comerciales de las zonas más pobres han cerrado o tienen un aspecto lamentable. En el mismo centro de la ciudad donde vivo hay tiendas que no se pueden alquilar porque las tiendas que había allí cerraron y son muy pocos los que se atreven a abrir un negocio nuevo.  Que las cafeterías están llenas, pero de gente que se toma un café y se queda allí durante tres o cuatro horas y hay un montón de bares que se han cerrado así como tavernas o restaurantes. Claro que la gente todavía sale, incluso en épocas de guerra había espectáculos de teatro y cafés y bares y salones de baile. Y también hay gente que compra, no se ha derrumbado todo el mercado todavía. Pero hay gente que sufre. No tanto como en Siria o en Burkina Faso, pero sufre. Y muchas veces, hasta ve con nostalgia, o peor todavía, con envidia a esta "gran" cantidad de gente en los bares. Que en realidad no es tan grande. Bastante para que la vida siga viva en Grecia - gracias a Dios - pero no tanto para decir que no hay crisis.

viernes, 17 de julio de 2015

Cómo es vivir en Grecia después de aceptar el tercer rescate...

Han pasado unos días desde la capitulación de Grecia (no lo digo yo, lo dice "El País" http://internacional.elpais.com/internacional/2015/07/13/actualidad/1436773137_123856.html) y ya os puedo hablar de lo que siento cuando pienso en el resultado de las negociaciones. Hasta ahora estaba tan confundido y a la vez tan asombrado del pacto final que no podía definir cómo me sentía. Ahora ya puedo decirlo con más seguridad.
Estoy decepcionado. 
Primero, de la intransigencia de los socios que significa que aquí no hay ninguna esperanza de colaboración, solo existe la ley del más fuerte. Se impuso un programa porque así decían los que tenían el poder y ya está. Esto no solamente dista mucho de ser el comportamiento de unos socios, sino que va en dirección totalmente contraria de la de crear una sociedad. Unión Europea no existe, a mí no me cabe duda, pero tampoco va camino a aparecer en algún momento, al contrario, se está haciendo todo lo posible para que desaparezca. No sé hasta qué punto esta decepción mía la comparten mis compatriotas; no es fácil pensar en Europa cuando tienes problemas económicos en la familia. Sin embargo, me imagino que algunos sí lo pensarán. Porque incluso en nuestra miseria algunos pensamos en Europa y no se la queremos regalar a los que piensan que tiene que ser una herramienta puramente económica que puedan utilizar los más fuertes (lo de no regalarla lo he robado de Manolis Glezos, me perdonaréis por no haber encontrado un vídeo en español, pero creo que se entiende bastante bien en italiano: https://www.youtube.com/watch?v=40LrRDeScq8).
Segundo, hay una decepción todavía más fuerte porque se esperaba que este gobierno en concreto consiguiera lo imposible: que se acabara con la austeridad y se empezara a luchar por construir un futuro. Es precisamente la esperanza la que nos hizo sentirnos tan decepcionados después. En realidad, no hay mucha diferencia entre el rescate anterior y este, menos el tema de las privatizaciones. Pero la diferencia es que ahora se esperaba otra cosa y además, parece que esta era nuestra última esperanza. Porque lo único que nos queda ahora es la salida de la Unión Europea y, por lo menos de momento, el Partido Comunista Griego y el Amanecer Dorado. No sé si habrá más opciones en el futuro, pero de momento solo tenemos estas. Así que en realidad, cuando acabaron con este gobierno, acabaron con nuestro sueño, el de tener el derecho de no sufrir sin estar bajo un régimen fascista o estalinista. Y lo peor de todo, es este pequeño detalle de las privatizaciones que distingue el rescate anterior de este, porque aunque sea pequeño y detalle, se ha incluido precisamente para humillarnos y hacernos sentir más decepcionados todavía. En este sentido, a lo mejor tienen razón los que han comparado la capitulación de SYRIZA con la capitulación de Versalles. Se ha hecho una demostración de fuerza bruta imponiendo un castigo ejemplar para que los insurgentes no vuelvan a rebelarse.
Con todo eso, creo que Grecia vive una depresión en masa (no todo el pueblo, por supuesto, algunos de los que habían votado por el SÍ en el referéndum están de fiesta porque ha perdido SYRIZA en las negociaciones; no son todos traidores, algunos son ricos y otros simplemente tontos). Algunos, como mi esposa, no pueden aceptar lo que pasó. La pobre esperaba que cambiara algo incluso ayer. Tuve que recordarle que los pobres y los jodidos siempre perdemos al final. Fue una gran victoria la esperanza, pero la derrota final sería el resultado normal como siempre. Ahora, hay que intentar volver a la normalidad. Hay que salir de esta depresión lo antes posible, lo contrario sería hacerles el favor a los enemigos.

martes, 14 de julio de 2015

Por fin salvados... ¡Gracias Europa!

Ayer estaba casi todo el día fuera, así que tuve tiempo por la mañana para ver que sí hubo acuerdo, pero no fue hasta la noche cuando me di cuenta de qué tipo de acuerdo hubo. Por eso, no pude dar las gracias a la Unión Europea hasta hoy.
Gracias, pues. 
Gracias por aplazar el Grexit un par de años, si es que aguantamos tanto. Porque con las medidas tomadas, no cabe duda de que dentro de un par de años, insisto, si es que aguantamos tanto, tendremos exactamente los mismos problemas, o incluso más graves.
Gracias por humillarnos a nosotros, el pueblo griego, con (¿o por?) nuestra ingenua respuesta al referéndum, que significó un castigo en forma de medidas más duras de las que habíamos rechazado.
Gracias por haber chantajeado nuestro gobierno y haber acabado con la última esperanza que teníamos dentro de la Unión Europea y la Eurozona. Gracias por abrirnos los ojos también: no existe tal Unión, esto es un cuento de hadas; solo existen un par de fuertes y sus vasallos (en el mejor de los casos, en el peor son simplemente sus putas) y el más fuerte decide.
Gracias por haber despedido nuestro ministro de economía, espero que podáis terminar también con este molesto primer ministro, a pesar del acuerdo, hay que seguir castigándolo; mejor un tecnócrata.
Gracias por haber destrozado el sueño europeo de los europeístas (ese de la democracia, de la solidaridad, de la prosperidad) y haberlo sustituido por el sueño de los ultimátum y las extorsiones con la excusa de tener una moneda fuerte.
Gracias por haber logrado convertir esta frágil Unión Europea con la que soñaba cuando era un estudiante Erasmus en una junta de naciones que se han vuelto a odiar basándose en tópicos y que, si no ocurre algún milagro, no va a durar mucho de todas formas. Es realmente un gran logro, todos estos años se trabajaba para la paz, ahora se está trabajando para la guerra.
Para terminar, quería también darles las gracias porque, después de tanto decir que me tengo que marchar de este país, estos días ya empezaré a mandar mis CVs seriamente. A lo mejor, si todos los griegos lo hacemos y nos vamos a otro lado, se podrá vender el país a otro más rico, colonizar por otros pueblos más trabajadores (de todas formas, ya somos una colonia; los que deciden son otros, más productivos, no nosotros; pues, que manden para acá a estos súbditos suyos que no son unos vagos y les regalen esta tierra y su historia) y se resolverá el problema de la deuda griega de una vez por todas. Nosotros nos esparciremos por el mundo para divulgar nuestros defectos...

sábado, 11 de julio de 2015

Esperando la decisión de la Unión Europea...

Ayer el Parlamento Griego aprobó su propuesta de medidas para pedir el tercer rescate. Mucha gente lo ha considerado una traición, para muchos ha significado que el NO de las urnas no se ha tomado en cuenta realmente. Yo no sé si se ha tomado en cuenta el NO. Sin embargo, puedo comprender la postura del primer ministro. Se han buscado aliados, no se han encontrado. Se apostó por el referéndum para ver las reacciones de los mercados, pero la repercusión no fue la esperada por los griegos, ni siquiera después de los resultados del referéndum. Los pueblos europeos no mostraron la solidaridad esperada, sí es verdad que muchos salieron a la calle, pero parece que la mayoría quiere castigar a estos "vagos griegos que viven del cuento". Es de esperar, también los griegos odian a estos alemanes "cabezas cuadradas que han destrozado Europa dos veces y lo volverán a hacer". Los pueblos somos en realidad unos rebaños que hacen lo que les diga el pastor.
Pero si he de ser sincero, poco importa mi opinión personal. Y a mí personalmente, poco me importa ya todo eso del SÍ y del NO. Lo que se ve es que en breve habrá elecciones de nuevo. Algo que significa que la tan deseada estabilidad no llega ni va a llegar. El rescate, incluso si se vota (no estoy tan seguro de ello, creo que ya nos quieren mandar a tomar viento fresco, el porqué no lo sé... y luego veo que gente dice que va a ir a manifestaciones con el lema "seguimos en Europa"; nosotros seguiremos, pero ¿ellos nos querrán?), nos dejará en una situación de total dependencia y después de unos meses o años, hará falta otro rescate. La deuda es impagable, qué le vamos a hacer... Pero tampoco habrá estabilidad política. Ya veo que SYRIZA no conseguirá los mismos votos que antes del rescate y me imagino que tampoco se votará por Nea Dimokratia o PASOK. ¿Habrá gobierno después de las elecciones?
Yo he declarado mi decepción en este blog muchas veces. Me han decepcionado todos: la Unión Europea, los políticos griegos y los extranjeros, el pueblo griego, los pueblos europeos... Así, decepcionado y casi deprimido, tengo que pensar en mí. Voy a ver cómo consigo largarme con mi familia para algún lugar donde pueda vivir mejor. Preferiblemente sin euro y, a ser posible, fuera del corazón de Europa donde quieren estar los griegos y donde, con la excepción del período 1950-1990, siempre ha habido conflictos y los últimos años no hay democracia (¿quién ha votado por los que deciden el destino de la UE?). Hace unos años había decidido quedarme aquí, ahora resulta que me echan como han echado a otros tantos. Lo siento por mis compatriotas, pero espero que la Unión Europea apruebe el rescate para darme tiempo para prepararrme. En caso contrario, la salida tardará más. Aquí será muy difícil que me quede de todas formas.

miércoles, 8 de julio de 2015

¿Ayudar a Grecia? ¿Por qué?

Hoy, unos cinco días antes de la salida del euro y de la bancarrota, he decidido escribir por qué consideraba importante una ayuda a Grecia. Ya sé que lo ha hecho más gente. Mucha gente. Pero yo no consideraba la ayuda importante por las mismas razones que lo hacían los demás.
Yo no quiero que me ayuden, a mí personalmente que soy de los que sufren a causa de la crisis, por ser descendiente de Aristóteles, de Sofocles, de Euclides, de Heródoto o de Pericles. Todos ellos dejaron una importante herencia a Europa, pero no por eso tendrá que socorrerme Europa cada vez que estoy en problemas.
Yo no quiero que me ayuden tampoco por ser descendiente de Elytis, de Seferis, de Kavafis, de Kazantzakis, de Castoriadis, de Papanicolaou, de los que lucharon contra la Italia fascista y la Alemania nazi. No porque la gente suela olvidarse de ellos (por alguna razón todos, incluso los griegos, no podemos acordarnos de los griegos del siglo XX, tenemos que quedarnos anclados en el Siglo de Oro), sino porque no quiero que Europa me ayude por méritos de otros.
Yo no quiero que me ayuden por lo que he hecho por la Unión Europea, aunque podría contar unas cuantas cosas: Por ejemplo, que el cuento de que a Grecia se le dejó entrar en la Comunidad Económica Europea (mucho más realista ese nombre de entonces que el de la Unión Europea de hoy) por su historia es muy bonito y fácil de digerir, pero en realidad entramos porque no había más candidatos en una época en la que muchos de los que ahora hablan de "problema griego" o de GREXIT estaban en la COMECON o elegían la fácil opción de la neutralidad; Mi país fue uno de los pocos que declaró su apoyo a este sistema politicoeconómico de la Europa Occidental. O también podría mencionar que yo hice mi deber - disminuir mi sueldo y sufrir la presión fiscal - para que no quebraran los bancos franceses y alemanes (con posibles consecuencias nefastas para el euro) y ahora espero un alivio. Pero no quiero que me ayuden por eso, porque cuando yo lo hice, no fue esperando algo a cambio.
Yo no quiero que me ayuden para que no tengan problemas los demás estados miembros de la Unión, que sí, pueden tener, aunque se diga que no. Sin pensarlo mucho, para que no pierdan dinero, ya que se ha demostrado que los programas impuestos no han dado resultados ni darán en el futuro, así que si quieren que se devuelva el dinero prestado o por lo menos algo de este dinero, habrá que cambiar de programa. Y si pienso un poco, llegaré a la conclusión de que no se sabe qué significará un GREXIT para los demás socios. Pero no quiero chantajear para que me ayuden, no lo considero ético.
Yo pido que me ayuden, porque estoy mal. Porque la Unión Europea debería apoyar a su gente. Y los griegos no somos los vagos que viven de maravilla como se pinta. Yo llevo unos años viviendo de la pensión de mis padres y de ayuda humanitaria, ya que el sueldo no me da para llegar a fin de mes. Hay muchos griegos en el paro, peor que yo, y otros tantos como yo, viviendo del apoyo de sus padres, a los que les bajan la pensión con cada nueva reforma. Hay gente que hace cola para conseguir algunas patatas o cebollas gratis. Los sueldos han bajado, las pensiones han bajado, los precios de las casas o de los coches han bajado, pero los precios de los productos básicos no. Así que los que no teníamos mucho dinero, estamos sufriendo, unos más, otros menos, dependiendo de la cantidad de dinero que tuviéramos. Por eso creo que nos deberían ayudar. Porque en una Unión, cuando una región sufre, se le ayuda. DE VERDAD, no dándole dinero para que pague sus deudas y quitándole dinero a sus ciudadanos más desfavorecidos para que se mueran.
He empezado la entrada diciendo que "consideraba importante una ayuda a Grecia", así con el verbo "considerar" en un tiempo de pasado. ¿Por qué? ¿Porque ahora no considero importante la ayuda? No, claro que no. El tiempo de pasado es porque considero muy improbable, casi imposible que nos ayuden. No sé por qué no lo hacen y en este momento ni me importa. Pero todo apunta a que no lo harán.
Estamos solos. No me preocupa tanto. Me preocupa más que mañana estarán solos otros, pasado mañana otros, y después otros y otros y otros...


lunes, 6 de julio de 2015

Los griegos dijimos NO a la austeridad. ¿Y ahora qué?

Primera entrada después del referéndum y me veré obligado a decir qué voté. Y es que como yo de lo que hablo aquí no es de política sino de mis reacciones personales y mis sentimientos, cuando diga que ayer estaba contento, casi feliz y algo optimista, estaré declarando qué voté.
Voté por el NO, pues. Porque consideré que era la única opción que tenía para decir que yo puedo decidir lo que va a pasar en mi vida. No sé cómo se habrá visto en el extranjero el tema del referéndum griego, pero yo recuerdo a Juncker insinuando que teníamos que votar que sí, aún sin saber la pregunta, o hasta el programa que se nos ofrecido. También recuerdo a Schultz explicándome todo lo que tiene que pasar, que caiga el gobierno (por el que yo no he votado, pero votó la mayoría de mis compatriotas) y que venga un gobierno de tecnócratas para que firme un acuerdo. O sea que me estaban diciendo lo que tenía que hacer sin ofrecerme otra alternativa y, lo peor, chantajeándome. Diciéndome que me van a dejar morirme de hambre si no acepto que tienen razón. Y además, haciendo como que no veían lo obvio: que el país está en bancarrota, que las medidas no han conseguido que se recuperara la economía sino que llevaron a una recesión todavía más fuerte, que estamos muriéndonos de hambre y nos quieren todavía quitar más dinero.
Pero hoy se me ha quitado el optimismo. Primero, porque me di cuenta de que los "socios" europeos quieren "sangre". Segundo, porque mis padres no tienen bastante dinero, votaron por el SÍ y no se sienten tan fuertes como los que votaron por el NO, están a 120 km de la ciudad en la que vivo y además sufren de enfermedades crónicas. Provocan la pena de Schultz, creo que eso ha dicho en sus declaraciones cuando dijo que un acuerdo es difícil pero se intentará hacer algo para los pensionados y la gente pobre de Grecia. A mí me da pena también Schultz. Este sería el tercer punto que me quitaría el optimismo. Que de repente a Schultz le demos pena los más pobres de Grecia, cuando durante cinco putos años nos estaba dando por culo sin alguna palabra de aliento. Claro, sería porque los griegos tenemos la culpa de la situación económica del país. O sea, más o menos, porque yo tengo la culpa de que los gobiernos griegos pidieron préstamos de los bancos alemanes y franceses, ellos se los concedieron y después el Estado Griego no pudo pagarlos a causa de la crisis económica que estalló después del caso de Lehman Brothers. Tiene sentido. Yo tengo la culpa de todo esto. Y mis padres también. Junto con toda la familia y amigos. La verdad es que no entiendo por qué cerró Lehman Brothers. La culpa no era suya. Era de los ciudadanos estadounidenses. Pero bueno, mejor no me meto en política y menos en economía, o mejor dicho, mejor no me meto más. Aunque yo tuviera la culpa, ¿no he sufrido bastante estos últimos cinco años y tengo que sufrir todavía más? Porque no estamos hablando de sufrir para salir adelante en un futuro, no se ve ninguna salida y eso ya lo saben todos. Solo me están castigando. ¿No es bastante con cinco años? ¿Cuántos tienen que ser? ¿Diez? ¿Veinte? Por lo menos que me lo digan... Al pueblo griego, cadena perpetua porque se endeudó más de lo que debía.
Estamos bastante cerca del final, aunque puede que no sea nada feliz. Si no el miércoles por la mañana, el viernes creo que ya sabremos lo que pasará en este país. Me imagino que sobreviviré. Hay gente que ha sobrevivido guerras, hambrunas, crisis económicas, quiebras. Superaré los problemas económicos y probablemente también los de salud, mis hijos, mi esposa y yo somos relativamente jóvenes y fuertes.
Lo que no superaré, es la saña de los "socios" y de gran parte de sus pueblos. El "todo este tiempo vivían por encima de sus posibilidades, ya ha llegado el momento de joderse." Y sí, voy a decir que yo no vivía todo este tiempo por encima de mis posibilidades, todo lo contrario, pero esto no es lo más importante. Lo más importante es ver cómo decir "ha llegado el momento de joderse" produce satisfacción a la gente.
El humano no es muy diferente de los demás animales como le gusta creer, solo que a veces es capaz de cometer peores atrocidades. Se ha visto muchas veces en las guerras, por eso los que las han vivido, han perdido la fe en el ser humano.
Creo que en las guerras económicas también se puede ver.